Temporal y sequía

Fotos y texto por Javier L. Toxqui Roldán

“La serie Temporal y Sequía trata de representar la relación sagrada que tenemos con la lluvia.”

Durante los últimos cinco años México ha experimentado una de las más grandes sequías en su historia. Desde el año 2019 se ha observado una anormalidad en la precipitación que hasta mayo de 2024 afecta el 90% del territorio. La ONU ha indicado que México es un estado altamente vulnerable a eventos hidrometeorológicos. El mismo organismo prevé que el cambio climático provoque un aumento en la intensidad del periodo de sequía, lluvia y ciclones tropicales. El calentamiento global podría acrecentar las problemáticas sociales, económicas políticas y por lo tanto modificar nuestra relación con la lluvia.

La relación que existe entre el agua y los pueblos es inherente, al grado de considerarse sagrada. Las primeras sociedades agrícolas asociaron los fenómenos meteorológicos con símbolos totémicos. Como describe el investigador Román Chan Piña, el culto al jaguar en las primeras sociedades agrícolas evolucionó a la adoración a la serpiente emplumada y a Tlaloc. Todas ellas como múltiples representaciones de un solo fenómeno. La relación entre lo terrenal y lo celeste, que se manifiesta en la lluvia y la fertilidad de la tierra, es el centro de la cosmovisión de las sociedades agrícolas.

En la modernidad poco nos separa de la necesidad al líquido vital, que las antiguas culturas ya reconocían. Tan solo el 68% de la superficie cultivada en el país depende del temporal de lluvia. La totalidad de ríos, lagos, manantiales y pozos que proveen de agua a las ciudades dependen de la recarga de mantos freáticos por la lluvia. Todas las actividades industriales y de servicios dependen del agua. Los pueblos con una relación más cercana a la naturaleza continúan venerando al agua a través de rituales religiosos, historias y, sobre todo, a través del deseo de un buen temporal.

La serie Temporal y Sequía trata de representar la relación sagrada que tenemos con la lluvia. Como un fenómeno del que depende nuestra propia vida y como un acontecimiento que inevitablemente se modificará y por lo tanto nos transforma. Las fotografías que se exponen son la primera parte de este ensayo. Han sido tomadas en distintos lugares del centro y sur de México desde el año 2018 hasta el 2023. Simbolizan la parte natural de la lluvia y la época seca, desde las montañas húmedas y frías, hasta los desiertos donde se desea la tormenta con vehemencia.